Carlos Carreter | Viajes
La ciudad es coqueta en sí misma, con los abundantes soportales en muchas de sus estrechas y coloridas calles, que permiten al viajero resguardarse de la ligera lluvia que acompaña toda la visita. La ciudad está animada. En algunas plazas, la gente que acude a los mercados. En otras, los estudiantes que pululan entre los edificios de la antigua universidad padovana. Aquí y allá algunos turistas que se acercan, alejándose del fulgor de la cercana Venecia.
Bajo una fina lluvia, paseamos por la bella ciudad de Padua.
Bella capilla con el interior pintado al fresco por Giotto, y que se puede considerar como antecesora de la Capilla Sixtina en el Vaticano. En la foto, un detalle del Juicio Final.
Junto a la iglesia de los Eremitani y la capilla de los Scrovegni, este complejo museístico nos lleva desde la arqueología de la época clásica hasta la pintura del renacimiento con gran elegancia.
La tradición parece que manda que los peregrinos que se acercan a la inmensa basílica dedicada a San Antonio de Padua toquen la tumba del santo antes de visitar las reliquias incorruptas. Como la lengua, de la que se celebra el 750º aniversario (sic).
Bella capilla con el interior pintado al fresco por Giotto, y que se puede considerar como antecesora de la Capilla Sixtina en el Vaticano. En la foto, un detalle del Juicio Final.
28 de marzo de 2013
Padua